Resumen: Uno de los principales desafíos que presenta el desarrollo de aplicaciones informáticas en la actualidad es lograr respuestas ágiles ante los cambios del negocio a través de la reutilización de recursos. La combinación de activos de software mediante el ensamblaje de componentes, donde los usuarios puedan modificar funcionalidades específicas, es conocida como aplicaciones compuestas, las cuales cumplen con una vieja aspiración, pues permiten componer y rehusar capacidades de negocios que se encuentran separadas en módulos. Existe un conjunto de tecnologías que se han ido desarrollando y que han modificado las formas tradicionales de construcción de aplicaciones e influyen en que la composición se convierta en un aspecto cada vez más importante para la creación de lógica de negocios. En este artículo los autores analizan fundamentos y ventajas del uso de aplicaciones compuestas basadas en los principios de la orientación a servicios y lo aplican al desarrollo de una aplicación que gestiona sistemas basados en conocimiento. Como una aplicación compuesta se presenta la herramienta Si-Holmes para la gestión de sistemas basados en conocimiento, la cual consume información disponible en otras aplicaciones, tanto para la gestión de bases de casos como para la visualización de los resultados. Es una herramienta de gran utilidad para el procesamiento de la información y el conocimiento como apoyo en la toma de decisiones.